El rey de los monstruos:Guillermo Del Toro
Por:Alan Chávez
Hay veces que el público pide historias un tanto sombrías −El espinazo del diablo (2001), El laberinto del fauno (2006)−, y otras, se contenta con esos relatos más ligeros en donde las criaturas de otros universos se anteponen a los individuos –Blade II (2002), Hellboy II: The Golden Army (2008).
Las comparaciones con Michael Bay y su horrorosa trilogía de los Transformers son inevitables, sin embargo, aquí se debe culpar al director de Estados Unidos por haber cavado un hoyo al que forzosamente arrastrará a cualquier cineasta que trate de hacer una cinta en donde los robots monumentales sean la primordial atracción.
Es una calamidad que Bay se haya convertido en el parámetro, empero aun cuando Pacific Rim es la cinta más hollywoodense y menos humana que Del Toro ha realizado hasta la fecha, por fortuna todavía tenemos la posibilidad de mencionar que está bastante por arriba del desastre desarrollado por Bay.
La última vez que Del Toro dirigió una cinta ha sido en el 2008 con Hellboy II: The Golden Army, y ya a partir de aquel instante inició a desarrollar su homenaje al género Kaiju (del japonés “monstruo gigante”) junto con el guionista Travis Beacham, quien además es creador de la novela gráfica Pacific Rim: Tales From Year Zero. Todo lo mencionado ya era bien conocido a partir de previamente del estreno de Pacific Rim, y por esa razón los fanáticos del género tuvieron una gigantesca expectativa con relación a la cinta.
SPOILER ALERT
El filme empieza por conceptualizar a sus intérpretes más relevantes: los Kaiju (monstruos gigantes) y los Jaeger (robots construidos por el ser humano para detener a las bestias).
Además, muestra a Raleigh Becket (Humano), un piloto Jaeger que sufre un intenso trauma después de que su hermano fallece a lo largo de un combate con un Kaiju. Años después, Raleigh, quien se ha retirado del programa Jaeger para edificar un muro grande que sirve de bastante poco para detener a los monstruos, es denominado por el comandante Stacker (Elba) para luchar nuevamente contra los Kaiju.
Hay roces, rivalidades y reconciliaciones en los equipamientos, por medio de las cuales Del Toro aspira borrar los bandos y juntar a la raza humana bajo un mismo estandarte, sin embargo, finalmente es Raleigh y su Gypsy Danger –el robot representativo de los Estados Unidos– quienes se llevan los triunfos relevantes. El regreso de Del Toro a la silla del director no es lo cual varios esperaban, más que nada luego de haber abandonado proyectos tan relevantes –y tan afines a su perspectiva artística– como El Hobbit: Un viaje imprevisible (2012), que concluyó en manos de Peter Jackson, o el relato lovecraftiano At the Mountains of Madness.
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